Aristóteles y Dante descubren los Secretos del Universo.
- ¿Qué se hace en una piscina, cuando no sabes nadar? Aprender. Supongo que esa era la respuesta. Sí había logrado enseñarle a mi cuerpo a mantenerse a flote en el agua. De alguna manera me había tropezado con algún principio de la física. Y lo mejor de todo era que había hecho el descubrimiento yo solo.
Las otras reglas del verano: Cuatro p:22
- Dante se volvió un misterio más en un universo lleno de misterios.
Las otras reglas del verano: Cuatro p:24
- - Jovencito, te podrías haber matado.
Matado. Está bien.
- La gente se lo pasa diciéndomelo. Mire, doc, estoy vivo.
- No te gusta mucho ser un héroe, ¿verdad?
- Le dije a Dante que no lo hice apropósito. A todos les pareció gracioso. No era broma. Ni siquiera recuerdo haberme tirado hacia él. No es como si me hubiera dicho a mi mismo: "voy a salvar a mi amigo Dante". No fue así. Sólo fue un reflejo; ya sabe, como cuando alguien te pega en el huesito debajo de la rodilla. Tu pierna simplemente patea. Así fue. Simplemente pasó.
El fin del Verano: Dos p: 114
- Mi mamá y mi papá estaban tomadas de la mano. Me pregunté cómo era eso, tomarse de la mano de alguien. Apuesto a que a veces podías encontrar todos los misterios del universo en la mano de alguien.
- Estoy un poquito preocupado de que no seamos amigos cuando regrese. Tengo que lidiar con estas cosas, supongo. Odio mendigarle a la gente, Ari. En especial, odio mentirles a mis padres. Sabes lo que siento por ellos.
Supongo que simplemente le voy a decir a mi papá. Tengo este breve discurso. Comienza algo así como: "Papá, tengo que decirte algo. Me gustan los chicos. No me odies. Por favor, no me odies. Osea, papá, también tú eres un chico" En realidad el discurso no está muy bien armado. Necesita un poco de trabajo. Suena demasiado necesitado. Odio eso. No quiero sonar como un necesitado. Sólo por que juego para el equipo contrario no significa que soy un ser humano patético que está rogando que lo amen, Tengo más respeto por mi mismo que eso.
Cartas en una página: Treinta p: 208
- - Así es. Lo chistoso es que a veces pienso que mi mamá ama a mi papá más de lo que él la ama a ella. ¿Eso tiene sentido?
- Sí supongo. Quizás. ¿El amor es una competencia?
- ¿A qué te refieres?
- Quizá todos aman distinto. Quizás eso es lo único que importa.
Recuerda la lluvia: Tres p: 225
- - Creo que deberías de confrontar a tus papás. Deberías de hacer que se sienten y obligarlos a que te lo digan. Obligarlos a ser adultos.
- No puedes obligar a nadie a ser adulto. En especial a un adulto.
Recuerda la lluvia: Cuatro p: 228
- Otro secreto del universo: a veces el dolor era como una tormenta que venía de la nada. La mañana más despejada de verano podía terminar en un aguacero. Podía terminar con rayos y truenos.
Recuerda la lluvia: Seis p: 236
- -¿Dante?
- No te enojes.
- No sé que hacer, Ari.
- ¿Te acuerdas de esa vez que me besaste?
- Sí.
- ¿Te acuerdas que te dije que no era lo mio?
- ¿Por qué me recurerdas esto ahora? Me acuerdo. Me acuerdo. Malditasea, Ari, ¿pensabas que lo había olvidado?
- Nunca te había visto así de enojado.
- Dijiste que no era lo tuyo.
- Mentí.
Me miró.
- No juegues conmigo, Ari.
- No lo estoy haciendo.
Lo tomé de los hombros. Lo miré. Y él me miró.
- Dijiste que yo no le tenía miedo a nada. No es cierto. Tú. A eso le tengo miedo. Te tengo miedo a ti Dante.
Di un respiro profundo.
- Intentelo de nuevo -dije- Bésame.
Todos los secretos del Universo: Veintiuno p:325
- - Quisiera que estuviera lloviendo -dijo.
- Yo no necesito la lluvia -dije- Te necesito a ti.
Todos los secretos del Universo: Veintiuno p:326
- Desde el instante en que conocí a Dante, me había enamorado de él. Sólo que no me permití saberlo, pensarlo, sentirlo. Mi padre tenía razón. Y era cierto lo que decía mi madre. Todos luchamos nuestras propias guerras privadas,
Todos los secretos del Universo: Veintiuno p:326
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